5TO ACTIVIDAD 2 EXPERIENCIA 9 CCSS CIENCIAS SOCIALES APRENDO EN CASA QUINTO DE SECUNDARIA TAREA RETO WEB APRENDIZAJE 2021 PDF
ACTIVIDAD 2–5° grado
ANALIZAMOS EL CONTEXTO EN EL QUE SE DIO LA INSEGURIDAD CIUDADANA A FINES DEL SIGLO XX
EXPERIENCIA DE APRENDIZAJE INTEGRADA 9
¡Hola, amigas y amigos!
Luego de haber explicado la importancia del derecho y el respeto a la vida en los ciudadanos; ahora vamos a analizar el contexto en el que se desarrolló el problema de la inseguridad ciudadana a fines del siglo XX.
Para ello evaluaremos y utilizaremos diversas fuentes, entre ellas el testimonio de un familiar o miembro de la comunidad recogido por nosotros mismos.
INVESTIGAMOS LAS FUENTES
¿Sabemos cómo se manifestó el problema de la inseguridad ciudadana en el Perú a fines del siglo XX?, ¿conocemos cómo se enfrentó en ese tiempo el problema de la inseguridad ciudadana en nuestra comunidad, región o país? Mientras vamos revisando las fuentes sobre el contexto peruano a fines del siglo XX, resulta necesario ubicar el problema de inseguridad ciudadana en ese tiempo, lo que nos permitirá ir construyendo nuestra respuesta al problema histórico que plantea la siguiente pregunta:
¿En qué medida la población y el Estado han enfrentado el problema de la inseguridad ciudadana entre fines del siglo XX y la actualidad? Ahora, leamos las fuentes de los textos: “Inseguridad ciudadana en el Perú a fines del siglo XX” y “Respuesta de la sociedad civil y el Estado ante la inseguridad en el Perú a fines del siglo XX”, los cuales encontraremos en la sección “Recursos para mi aprendizaje”.
Estas fuentes nos servirán para iniciar nuestro análisis y asumir una postura ante la pregunta que plantea el problema histórico. ¡Importante! Si tenemos alguna duda sobre el significado de los términos utilizados en las fuentes, podemos buscarlos en el aplicativo “Diccionario español”.
EVALUAMOS LAS FUENTES
En seguida seleccionemos dos de las fuentes leídas en los textos anteriores y luego de haber completado el siguiente gráfico respondemos: ¿qué tan confiables son estas fuentes para dar respuesta a la pregunta que nos plantea el problema histórico?
Criterios para valorar la confiabilidad de la fuente (Puedes considerar otros criterios) ¿Es confiable el autor o institución de donde proviene la fuente? (Marcamos y justificamos nuestra respuesta) ¿Es confiable la fuente según su contenido para dar respuesta a la pregunta que plantea el problema histórico? (Marcamos y fundamentamos nuestra respuesta) ¿Cuál es la intención con la que fue creada la fuente?
Fuente seleccionada a evaluar:
SÍ NO SÍ NO
Recordemos que, evaluar las fuentes antes de construir nuestros argumentos para dar respuesta a la pregunta que nos plantea el problema histórico, nos ayudará a mejorarlos. Por ello además de las fuentes evaluadas en el cuadro anterior, podemos hacer el mismo ejercicio con las demás fuentes.
ANALIZAMOS LAS FUENTES
Luego de haber leído las fuentes A y B respondemos las siguientes preguntas. Podemos presentarlas a través del siguiente gráfico: Preguntas Respondemos luego de analizar las fuentes ¿Qué plantea la Fuente A respecto a las condiciones de inseguridad que se vivió durante la década de 1980? De acuerdo a la Fuente B, ¿qué caracterizó la inseguridad ciudadana en el espacio urbano y rural de nuestro país durante la década de 1990? A partir del análisis de las fuentes C, D, E y F, respondamos lo siguiente:
• ¿Qué coincidencias y diferencias hay entre lo que plantean las fuentes E y F sobre la labor de las municipalidades ante el problema de inseguridad ciudadana entre finales de 1980 y la década de 1990?
• De acuerdo a la fuente D, ¿qué importancia se les atribuye a las rondas campesinas a finales de 1980 ante el problema de inseguridad ciudadana?, ¿qué importancia tiene hoy ante la persistencia de dicho problema?
• Actualmente, ¿qué limitaciones tienen las organizaciones del Estado y de la sociedad civil para hacer frente el problema de la inseguridad ciudadana?, ¿a qué se deben dichas limitaciones? Tengamos presente que estas respuestas nos ayudarán a formular los argumentos para sustentar nuestro punto de vista ante la pregunta que nos plantea el problema histórico.
RECOGEMOS UN TESTIMONIO
Ahora que hemos analizado el contexto en el que se presentó el problema de inseguridad ciudadana a fines del siglo XX en nuestro país y cómo desde el Gobierno nacional y algunas organizaciones de la sociedad civil se dio respuesta a este problema, recogemos un testimonio para analizar en qué medida desde nuestra comunidad también se buscó responder a este problema durante las décadas de 1980 y 1990.
• Nuestro entrevistado haya vivido en el periodo histórico en estudio.
• Nuestras preguntas deben ser formuladas a partir de la pregunta que plantea el problema histórico.
• Podemos incluir una pregunta que permita recoger información sobre su percepción respecto a qué ha cambiado y qué ha permanecido en relación al problema de inseguridad ciudadana. hemos recogido un testimonio.
A partir de ello podemos asumir nuestra postura e ir formulando argumentos a la pregunta que plantea el problema histórico.
En la siguiente actividad vamos a analizar fuentes referidas a la inseguridad ciudadana en la actualidad, a partir de ello reconoceremos qué cambió y qué permaneció en relación al final del siglo XX.
Evaluamos nuestros avances
Competencia: Construye interpretaciones históricas.
Criterios de evaluación
Lo logré
Estoy en proceso de lograrlo
¿Qué puedo hacer para mejorar mis aprendizajes?
Analicé, evalué y contrasté diversas fuentes respecto al contexto de la inseguridad ciudadana de fines del siglo XX.
Reconocí los
cambios y permanencias sobre la inseguridad ciudadana entre finales del siglo XX y la actualidad. Vamos a la siguiente actividad...
INSEGURIDAD CIUDADANA EN EL PERÚ A FINES DEL SIGLO XX FUENTE A. SITUACIÓN DE LA INSEGURIDAD CIUDADANA EN LA SEGUNDA MITAD DE 1980
La crisis económica en nuestro país se agudizó durante la segunda mitad de la década de 1980. En este contexto complicado por la violencia política, la delincuencia, el narcotráfico, la corrupción galopante y la descomposición del Estado, la inseguridad ciudadana se convirtió en un problema fundamental y la situación se agravó aún más por la descomposición de la policía.
Durante el gobierno aprista se impulsó una reforma policial y se dio de baja a 2500 policías, pero esto no produjo una mejora significativa, lo que demuestra la magnitud de la crisis.
FUENTE B. INSEGURIDAD CIUDADANA EN LA DÉCADA DE 1990 EN EL ESPACIO URBANO Y RURAL
Según los indicadores de inseguridad, las diferencias entre los departamentos sugieren que los de mayor población y con ciudades más grandes, particularmente los departamentos con ciudades costeñas, presentan mayores niveles de inseguridad relativa.
En otras zonas las estadísticas revelan una tendencia más estable si no decreciente.
Esto estaría mostrando que el incremento de la inseguridad sería sobre todo un fenómeno urbano. Un análisis más desagregado de las cifras dentro de cada departamento, a nivel de provincias o de distritos, mostraría eso con mayor precisión.
Hay algunas manifestaciones de delincuencia o de violencias urbanas que han ido ganando mayor protagonismo en los últimos años tanto en Lima como en otras ciudades del país.
Los secuestros de muy corta duración, los asaltos a automóviles en vías públicas, la violencia juvenil expresada en barras bravas y pandillas, la actividad de jóvenes en el transporte ilegal de drogas hacia el exterior y la mayor proliferación de lugares para el expendio de droga destacan como las principales de estas manifestaciones. Las manifestaciones de delincuencia o de violencia en los espacios rurales podrían estar subregistradas debido al escaso desarrollo de los registros estadísticos en el país o a razones culturales que llevan a la no denuncia de los hechos. Es conocida la subsistencia en algunas zonas del país de expresiones arcaicas como el abigeato y el bandolerismo.
RESPUESTA DE LA SOCIEDAD CIVIL Y EL ESTADO ANTE LA INSEGURIDAD EN EL PERÚ A FINES DEL SIGLO XX FUENTE C. EL PERÚ URBANO EN LA DÉCADA DE 1980
En la década de los ochenta en el Perú, las condiciones de seguridad de la urbe se deterioraron aceleradamente, al mismo ritmo en que la lucha por la supervivencia se iba haciendo implacable y se agravaba la corrupción.
En asentamientos populares y residenciales proliferaban los mercadillos de drogas y la prostitución clandestina.
Los asesinatos, los asaltos domiciliarios y callejeros, el robo de locales comerciales, industriales y bancarios, ya ni siquiera hacían noticia de primera plana en los diarios, a pesar de su frecuencia y escala. La respuesta del pueblo se expresa en la organización de sistemas autónomos de vigilancia barrial y, en casos extremos, en los tribunales populares y ejecuciones sumarias. (...) Desde la organización de clubes provincianos y asociaciones de vecinos, hasta las rondas vecinales.
FUENTE D. LAS RONDAS CAMPESINAS
En realidad, el nombre de rondas campesinas es tomado de la experiencia organizativa autónoma de los campesinos de Cajamarca, nacida a fines de la década del setenta.
El estatus legal de las rondas del Norte está dado por la Ley N.° 24571, promulgada por el gobierno de Alan García el 7 de noviembre de 1986. Dicha ley reconoce las rondas campesinas como “pacíficas, democráticas y autónomas, cuyos integrantes están debidamente acreditados ante la autoridad política competente, como organizaciones destinadas al servicio de la comunidad y que contribuyen al desarrollo y la paz social, sin fines políticos partidarios” y precisa como sus objetivos: “la defensa de sus tierras, cuidado de su ganado y demás bienes cooperando con las autoridades en la eliminación de cualquier delito”.
FUENTE E.
LAS ORGANIZACIONES DE LA SOCIEDAD CIVIL, GOBIERNO LOCAL Y NACIONAL ANTE LA INSEGURIDAD CIUDADANA
Las rondas campesinas (organizaciones de la sociedad civil) no solo reprimieron la delincuencia, sino que, posteriormente, asumieron cierto tipo de administración de justicia dando solución a conflictos locales.
Otra organización de la sociedad civil de finales de los 80 fueron los serenazgos. Los municipios han asumido funciones de cuidado del orden público y han formado y equipado cuerpos de vigilancia que rondan sus jurisdicciones. Inicialmente estos aparecieron en los municipios con más recursos de Lima.
Al principio hubo resistencias, 1 Respuesta de la sociedad civil y el Estado ante la inseguridad en el Perú a fines del siglo XX
especialmente en Policía, pero luego unos y otros han funcionado en una línea de colaboración pragmática. También es notable el crecimiento de los servicios privados de seguridad, los que tuvieron sus niveles más altos entre 1989 y 1992. Ante el importante crecimiento de la actividad delincuencial, el Poder Ejecutivo obtuvo del Congreso la delegación de facultades extraordinarias para legislar sobre esta materia; especialmente sobre los casos graves de delincuencia, la extensión de la penalidad a los menores de edad que participasen en la comisión de estos delitos, la activación del fuero militar para casos de delincuencia común y la incorporación del Servicio de Inteligencia Nacional en tareas de represión de la delincuencia.
Todas estas son respuestas que están dentro de las fronteras de la normatividad vigente en el Perú, respecto a los problemas de la seguridad y del orden público.
De acuerdo a ella, esta es una responsabilidad que se concentra en las fuerzas policiales.
FUENTE F. LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA Y LA SEGURIDAD CIUDADANA4 El artículo 197 de la vigente Constitución Política del Perú establece una valiosa precisión al señalar que las municipalidades brindarán los “servicios de seguridad ciudadana, con la cooperación de la Policía Nacional del Perú, conforme a ley”.
Es decir, que son las municipalidades, sin distinguir si son provinciales o distritales, las que tienen autonomía sobre la tarea de seguridad ciudadana; lo que a su vez las obliga a poner mayor énfasis y coordinar con la política nacional, toda vez que son ellas quienes en el aparato organizacional estatal tienen mayor contacto con la realidad de los ciudadanos.